viernes, 3 de junio de 2011

Definirte.

El nombre conseguido de los nombres.

Juan Ramón Jiménez


(Fotograma de la película Pierrot le fou, Godard, 1965)




Hace tiempo que busco un nombre
para darte, amor mío:

el rastro de los animales al morir,
la luz de un candil que se apaga,
la última sílaba de una última palabra.

Pero los alfabetos quizá son algo que no te alcancen
porque no hay una realidad que te avale,
porque no hay un referente donde imaginarte.

Cuando levantas el vuelo y no sé cómo llamarte,
cómo atraerte sin reclamo,
cómo decir quién, aquí, allí, contigo.

Ojos entornados en los que ahogarse,
áspera piel de hojarasca,
extraña porción de tierra no sembrada.

Hacía tanto tiempo que buscaba un nombre
que darte,
intersticio mío,
pequeña herida mía...

lenguaje roto.



Rocío

11 comentarios:

Flor Naranja dijo...

Amo esa frase, la de la peli!!!

vera eikon dijo...

¡Hermoso, Rocío!!! Siempre he pensado que se nombra lo que se ama, del mismo modo que se le pone nombre a las estrellas. Un tierno simulacro de pertenencia. Veo que has vuelto con fuerza.
Bico

EG dijo...

Exacto como dice Vera, porque la frase contrapuesta es algo así: no se puede nombrar lo que no se ama...

La búsqueda de la palabra es un acto de amor.

Te esperaba!!!

Laiseca Estévez dijo...

QUÉ HERMOSAS SENTIMENTIRAS!!!
confiaba en qué volverías, esta droga de escribir se te mete en sangre, y no te abandona nunca... beso grande

Alba Flores Robla dijo...

Madre mía R, eres una diosa!

leolo dijo...

Nos empeñamos en dar con un nombre, en definir con palabras, en etiquetar, y todo es inútil.
Cómo definir tu poema? Me ha llegado, no lo he leído y he pasado a otra cosa, me ha emocionado, y eso me sirve.

Jesús Galbraith dijo...

joder, has vuelto fuerte!

Lexy Sen dijo...

y no todo tiene porque tener un nombre...me encanta como te ha quedado!

la frase de la película genial :)

Rocío dijo...

Gracias :)

Erev dijo...

Delicioso.
Ya está.

Eyriadna Once Road dijo...

Somos demasiado continuos y dispersos para concretarnos, aunque lo intentemos por mera necesidad.
Ais, qué bonito lo de "pequeña herida mía".
Mua.