sábado, 25 de febrero de 2012

(des)habituarse.


Los tálamos, con la añoranza de los hombres, se llenan de lágrimas.

"Los persas", Esquilo.


Película París, Texas de Win Wenders, 1984.

Llorar a veces es tan absurdo... tan grave, tan húmedo. No quieres hacerlo pero de repente ya lo estás haciendo y no puedes parar y los ojos y sus cuencas y oh por dios, la deshidratación. No no no ¿quién quiere derramarse por las pupilas? ¿quién quiere qué? si no hay motivos para hacerse agua todavía. Si todavía no te han herido y tú ya esperas la cicatriz, el golpe que te haga perder el conocimiento.

Llorar a veces es tener una premonición: la del cataclismo.
Como escribir, pero sin mojar nada.


Rocío.

12 comentarios:

Amanecer Nocturno dijo...

Según cae cada lágrima ves más cercano el abismo de esa premonición, y todo parece una carrera por bien quién llega antes, por bien quién deja la vergüenza a un lado y se muestra con la debilidad que prohíben los cánones.

Muy bueno Rocío.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, Rocío.

el llanto es un aviso casi siempre.

Darío dijo...

Lloro porque puedo y me caben lágrimas en los ojos, y lloro, por la pérdida constante e inexorable.

Noelia Palma dijo...

la re puta madreeeeee y tanto más que soltaría así, bien antepoético, lloro porque soy estúpida, porque me duele estar viva, o quién sabe qué

pero tmb te abrazo

Eleanor Smith # dijo...

Llorar alivia. Yo lo sé.
Ay Wim Wenders!!! (mi cineasta preferido) - Natasha, Cassiel y hasta los U2 no han vuelto a ser los mismos gracias a Wim. Un lujo Rocío!

Un beso o 2 #

Alba Flores Robla dijo...

Oh, Dios, tienes razón. (Sí) Te odio. (No)

Yeamon Kemp dijo...

Polvo eres y en agua te convertirán.

P. dijo...

Llorar es algo cierto. Es veraz, lo cual convierte al acto en un campo de revelaciones.

Paris Texas, enorme película. De las que muerden.

Tacto leopardo dijo...

no lloremos antes de las desgracias que todavía nos queda mucho por sufrir.
Que suerte haber llegado ;)

Wicked Witch of the West dijo...

yo creo que cuando lloramos es porque el cuerpo necesita expresarse pero como no entiende de palabras, lo hace como puede.

Después le toca a la cabeza preguntarse qué narices le pasa al cuerpo y ponerle un nombre al sentimiento.

Pero vamos, hablando en cristiano, que si lloras es por algo aunque no sepas qué.

Besos

alguien dijo...

Llevo unos días en los que sólo me apetece llorar. No me salva ni la literatura...
Hoy tengo un día tonto :(

Julio Santamaría dijo...

Supongo que es un caso más de defensa preventiva, lloro ahora por si luego, el orgullo, la sed venganza o lo que sea, no me dejan. Yo también cambio el orden de los hechos, primero lloro, luego me hieren.
Un abrazo