viernes, 19 de agosto de 2011

Autumn leaves.

Cuando me siento triste escucho jazz. Es como ponerte a pelar cebollas y aprovechar para llorar a alguien sin que se note mucho. Es una excusa mala, lo sé, como lo son en realidad todas las excusas. Pero empieza a sonar Chet Baker y las lágrimas salen solas, fácilmente, como los sonidos de la trompeta. Y llega un momento en que ya no sé si son corcheas o fusas o silencios lo que lloro, o eres simplemente tú. Tú que me suenas a swing y a pentagrama.

Extrañar a alguien debería estar homologado como deporte de riesgo o de competición. Porque al final todo esto es así, mirar quién es el que echa más de menos. Saber quién va a salir perdiendo, el tiempo descompasado y la prórroga de la pérdida.

Y tener el jazz o las excusas suficientes para llorarte.
Como los saxofones, que también te lloran.



Rocío 

18 comentarios:

JRD dijo...

Y sin embargo, extrañar es también una prueba de que estamos vivos.

Anónimo dijo...

Aquí vengo, a disparar gran admiración por lo que escribes. Lo compartí en mi muro.

Unknown dijo...

Excelentes líneas.
Por suerte existe el jazz para
que la vida sea mejor y la poesía
para acompañar al dolor.
Saludos

VirginiA Dsvn dijo...

lindo lindo!! es muy sutil, cariñoso y refinado como el jazz...saludos!

Corina dijo...

Hermosa selección de palabras.
A veces la vida es un jazz tan triste... pero la música fluye con la sangre, nos atraviesa, nos levanta y nos lleva y de repente todo es rock'n'roll.
Un abrazo grande

Anónimo dijo...

Uff, si yo te contara mi historia con este tema...
Te dejo el link del inicio de todo:
http://www.youtube.com/watch?v=cOsVVeojMZs&feature=fvwrel

Saludos!

vera eikon dijo...

El jazz, afortunadamente, puede acompañar todos los estados. Seguramente también suene en tus oídos como la música del reencuentro. Ay! Me has hecho pensar en alguien que ya nunca estará,y que siempre habitará en los acordes de Chet Baker. Bico

Darío dijo...

Nunca pude escuchar Jazz. Ha de ser que mis oidos están sellados de pop inglés. Pero igual lloro, cuando extraño lo que no tengo.

çç dijo...

En mi pecho han corrido inmensas lágrimas escuchando "Lament for the Living" de Chet. Una vez cuando edité unos relatos, la capa y contracapa era el perfil de Chet soplando su trompeta. Todo seguirá igual en el recuerdo.

Así hablo Zarathustra dijo...

genial!!!! yo recurro a johny hodges para tales menesteres

Isabel dijo...

hermoso...

besos!

Isabel Tejada Balsas dijo...

Extrañar a alguien debería estar homologado como deporte de riesgo


v_v

Miss Douceur dijo...

Suaves, aromoniosas, delicadas y sencillas a la vez. Como la mejor canción, tus palabras me han encantado. Un beso (K)

Su Xiaoxiao dijo...

Chet es uno de mis músicos de jazz favoritos, esa voz es puro terciopelo... me quedo entre todas con My Funny Valentine.
Me conmovió tu texto porque lo entendí tan hondo, también formo parte del club de amantes del mismo deporte de riesgo... llegar siempre con los pies sangrantes, y seguir echándose a las zarzas voluntariamente... al menos Chet nos suaviza las cosas, eso es verdad :)
Un beso!

Erev dijo...

Para mí el jazz siempre ha tenido color.
Pero también ese color dependía de mi estado.
Sí, me pone triste.
Y son de las cosas que, fácilmente, me ponen triste.
Un beso, Rocío, y mucha suavidad, para esas cebollas.
;)

Kramen dijo...

Yo no lloro por gordo...

Porque me bebo mis propias lagrimas.

No haqy solucion salina mas pura que la de unas buenas lagrimas.

leolo dijo...

¿Has probado a llorar con el "Almost Blue" cantado (mejor dicho, susurrado) por Chet Baker?
¿Has visto el extraordinario film documental "Let`s get Lost" sobre la figura del trompetista?

Me ha hechizado tu texto, eso de "extrañar a alguien debería estar considerado como deporte de riesgo... es buenísimo.

Siempre te leo.

Sergio dijo...

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