Hay mundos que cuelgan de los árboles.
Dylan Thomas
París-Texas, Wim Wenders, 1984.
Nos quejamos a veces
de lo lejos que estamos los unos de los otros.
De lo apartados que parecen
los cuerpos,
el aliento,
esa bufanda de ese cuello,
estas manos del suelo.
Nos quejamos
de lo rápido que camina aquel hombre
porque cruza la avenida sin mirar
y sus piernas parecen una legión
de soldados veloces.
De lo despacito
que va la señora de azul
porque camina mirando las baldosas,
cuidando de no pisar ninguna fisura del suelo.
Nos quejamos.
Del precio de las naranjas,
de los horarios de los autobuses,
de las líneas de metro,
de la radio de la vecina,
de los perros,
de las putas,
de las esquinas llenas de perros y putas,
del carmín en una camisa,
del ruido del frigorífico,
de, noche tras noche,
no poder dormir.
Pero nadie repara en ellas,
en esas masas de hormigón,
tierra y pluma.
Nadie advierte su angustia,
su soledad:
nadie habla del cansancio de las ciudades.
Rocío.
15 comentarios:
Humanizas lo construído por los humanos, mientras éstos se pierden en la deshumanización más efectiva nunca vista.
Un beso.
Qué verdad difícil de percibir para mentes sumidas en el vértigo...las ciudades agotadas...
Me ha encantado, simplemente.
Deberíamos abandonar el desierto de las ciudades... que las invada el viento helado de nuestro desprecio.
Las ciudades, esos pequeños seres, como diría Piedrahita. Muy bueno!
Después de esta observación prometo fijarme más en el cansancio de mi ciudad.
Esas piernas tralfamadorianas...
Bueno, parece que ya hay alguien que se ha fijado en las pobres ciudades. Que corra la voz
Saludos
http://verbumimago.blogspot.com.es/2012/03/breakfast-at-tiffanys-kissing-in-rain.html
Quejarnos nos humaniza. La ciudad nos hace autómatas.
Un poema como la capa de un pino, Rocío.
Rocío!!!
Dylan Thomas + Wim Wenders (mi director preferido) + tu poema =
Una verdadera e inmensa hermosura.
Un beso o 2 #
Nos quejamos tanto, nos quejamos de todo y a veces olvidamos la soledad que se acumula en estanque del muro.
Hermoso blog. Te sigo.
Abrazos,
maría
No dejes de quejarte nunca, Rocío. Este me ha gustado de verdad.
El mortal hastío de las ciudades. Eternas ellas, inacabables.
No me esperaba el final, me ha gustado mucho...
aushhhhhhhhhhhhhhh
la parte final del texto
el epígrafe del dylan
y la foto de wenders
grosso!!!!!
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