Te regalaré un abismo, dijo ella.
Roberto Bolaño
Fotograma de Lolita, Stanley Kubrick, 1962.
Puedes conducir cuanto quieras. Puedes tomar todas las curvas que encuentres, puedes hacer giros imposibles, peligrosos, acelerar, frenar o chocarte. Pero prometo abandonarte en la primera parada que hagamos. Soy débil. Cuando no oiga el motor en funcionamiento y el asiento deje de vibrar bajo mi cuerpo, sé con total seguridad que me bajaré del coche y huiré. Echaré a correr; primero muy rápido, para que no me alcances, luego cada vez más despacio. Pararé a descansar los brazos y el peso de mi cuerpo apoyada en mis rodillas. Me limpiaré la arena y el polvo de mis calcetines blancos. Jadearé, miraré atrás y lloraré un rato. Me sentiré perdida. Sabré en ese instante que siempre te echaré de menos. Y querré morir.
Así que ahora ya lo sabes. No pares el puto coche.
Rocío.