"Amanece pronto", donde los dos lexemas constituyen un mensaje común y corriente, y los trece fonemas, alineados en ese orden, y solo en ese, constituyen el fundamento de la cadena fónica significativa.
Álvaro Calderón Rivera
Fotografía: Eddie Kiliqowski
Mi nombre empieza por vibrante múltiple.
Hace mucho frío aquí dentro,
las letras silabean de miedo.
Los días de la semana son dragones azules
con fauces pequeñas. Tus ojos no me miran.
Los caballos están sucios y secos.
La piel es un tubérculo o un tratado de fonética.
Amanece pronto:
y yo sigo sin saber decir adiós.
Rocío.
7 comentarios:
Amanece pronto, lo cual no es poco.
Hermoso.
Un beso o 2 *
Yo soy interdental, y cargo la misma condena nocturna.
Me suena a vieja máquina de escribir Olivetti, ese añejo sónido tan diáfano de la buena escritura. Así me llegó.
Petonets, Rocío.
La piel un tratado de fonética...Me encanta esto!! Besos
Nunca existe un adiós y nunca se va el miedo. Y nunca se dice adiós porque existe el miedo al adiós del adiós. Besos guapa.
y quién sabe?
(voy camino del rincón por no leerte más a menudo.... con lo que me gusta cómo escribes es del género idiota, osea del mío)
Me mori de amor... eso fue lo que senti.
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